Los primeros juegos Olímpicos que han puesto el foco en la persona detrás del deportista
La competición deportiva más relevante a nivel mundial pudo celebrarse en 2021
Unos juegos marcados por la pandemia y por la importancia de cuidar de las personas
Trabajadores de beon media360 se desplazaron hasta Tokio para prestar servicios audiovisuales.
Han sido más de 50 personas las que han aportado su conocimiento y su saber durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, prestando servicios tanto desde las instalaciones de en Madrid, como en los diferentes centros de producción audiovisual situados en Japón para este fin. A estas personas se les sumaron además otras 21 durante los meses de septiembre y octubre.
A pesar de todas las dificultades e incertidumbre inicial, los Juegos Olímpicos de Tokio previstos para 2020, pudieron finalmente celebrarse con éxito este 2021 gracias al trabajo en equipo, al esfuerzo y a la coordinación de los organizadores, al gobierno japonés, a los miles de trabajadores y voluntarios que aportaron su esfuerzo y entusiasmo, los medios de comunicación y, por supuesto, a los deportistas que después de cinco años han podido competir y hacer posible el gran espectáculo de los Juegos Olímpicos.
Pero además de la pandemia, ha habido otro factor que ha marcado el gran campeonato internacional, ya que han supuesto un punto de inflexión en otros aspectos que trascienden del deporte. Han sido los primeros juegos en poner el foco en la persona que hay detrás del deportista, y en llevar al centro del debate y a las agendas políticas de todo el mundo cuestiones como la importancia de la salud mental o la igualdad entre hombres y mujeres en el deporte y en el resto de ámbitos de la sociedad.
beon media360 tiene la creencia de que la clave del éxito está en las personas y en que cuidarlas es fundamental para sacar lo mejor de sí mismas. Por ello, se presta especial atención a todo aquello que afecta a los empleados, desde el proceso de selección, la formación, el coaching, la motivación y el desarrollo y crecimiento personal y competencial. Todo ello incide de forma decisiva en la calidad de los servicios prestados a las organizaciones con las que trabajamos.
